No sabíamos como titular este nuevo posteo, aun continuamos en la misma situación, mientras escribimos no queremos caer en el lenguaje soez para referirnos a dos medios de comunicación argentinos.
Aquellos que durante el terrorismo de estado en Argentina (1976-1983) sostenían la teoría de la “campaña anti-argentina” que se llevaba adelante desde el extranjero como forma de socavar la presidencia de los golpistas y a los argentinos de bien (el que pensaba diferente era malo), hoy y desde hace varios años atrás llevan adelante una campaña similar, se encargan de destruir el ánimo de la ciudadanía, haciendo foco en los sectores populares.
Le pegan a los más débiles.
Sectores que vienen sufriendo el ajuste que aplica el gobierno, fruto de la deuda “eterna” que dejo el gobierno anterior.
La fórmula que utilizan es sencilla pero efectiva, y con la tecnología actual pagando propaganda en las redes sociales es de no extrañar que estas basuras periodísticas nos lleguen.
Argentino es un país grande, en donde la manipulación se maneja desde la Capital del país, en donde se encuentran los periódicos Clarín y La Nación.
Clarín con su dueño a la cabeza Héctor Magnetto encarna el poder real en este país, manipula jueces y fiscales para perseguir a políticos que no comulguen con sus intereses, el gobierno de Alberto Fernández que, encima de aguantarse las forreadas de Clarín, le paga pauta oficial.
Alberto agarra la lapicera hermano, nos están sometiendo al hambre y nos están socavando la auto estima para que seamos serviles y nos quedemos callados cuando nos manda el amo.
La Nación, por su parte, siempre fue un diario de derecha, es mas se auto proclamaba como una tribuna de doctrina, doctrina pro inglesa, que defiende los intereses de unos pocos millonarios que manipulan la economía del país en pro de enriquecerse a costa de la pobreza de una gran mayoría adormecida por el bombardeo mediático y de desinformación que utilizan.
Son dueños de un país que odian, que tipos jodidos que son.
Cuando Argentina le gano a Países Bajos por penales se vio a un Messi rebelde, como nos gusta a los que amamos el futbol criollo, un Messi que no se calla nada y que va para el frente, esta actitud es intolerable para estos medios de poder concentrado, ¿cómo puede ser que el ídolo de millones de niños argentinos les esté enseñando a no callarse?, no, eso no puede ser, al que se sale de la norma hay que educarlo, eso es justamente lo que quisieron hacer con la selección argentina después del partido contra los neerlandeses.
A continuación, vamos a copiar textual la nota del
periodista Cristian Grosso para la Nación del día 10 de diciembre
Lionel Messi: el futbolista extraordinario no pudo
contener al hombre vulgar
Más allá de sus aciertos, la
selección argentina no es confiable, aunque sabe reaccionar cuando está al
filo; lo malo: el aire pendenciero que salió a la luz ante Países Bajos
Equipo extraño, de encanto
camaleónico: sagaz, torpe, agazapado, intenso, rocoso, protagonista, quejoso,
incómodo, muchas veces despistado. Como en el tiro libre que le regalaron
Paredes/Pezzella y Países Bajos lo aprovechó para empatar y paralizar a una
nación. Todo junto. Feroz y pragmático, también es ambicioso y se repliega.
Impone el ritmo, lleva los partidos a los lugares del campo donde más le
conviene y más tarde pierde el rumbo del encuentro. Un equipo ingenuo
en algunos pasajes, y salvaje en otros. Que se protege, retrocede, y de
repente se lanza como una manada de lobos hambrientos. Todo esto lo hace
insoportable. Y se trata de un elogio.
Pero en realidad lo que lo
sostiene no es el estilo, ni el dibujo táctico, ni la propuesta. Es el
carácter. El mismo que desapareció la tarde del debut con Arabia Saudita cuando
se descubrió en desventaja. Pero contra las cuerdas, después de una hora de
pánico contra México, reencontró el espíritu. Ese día le devolvió el alma
Lionel Messi, y desde entonces lo guió la personalidad del capitán.
Messi dinamiza y contagia.
Obliga, compromete. Y los demás responden. Con errores, muchos. La selección
no es confiable y probablemente no lo vaya a ser en lo que queda del Mundial.
Pero supo reaccionar. Con México fue algo así como un 32avos de final; luego,
con Polonia, se trató de los 16avos de final; llegó Australia para animar los
auténticos octavos, y ahora Países Bajos, en cuartos. Siempre al filo,
siempre con la sensación de eliminación directa. Y con mejores o peores
atributos, con más solvencia o con algunas dosis de suerte, el que no le falló
más fue el corazón. El equipo es indómito, feroz e impresiona el contrato
grupal. Su capital es el compromiso, la disposición al esfuerzo. Con aires
pendencieros, también, muy reprochables. Como el innecesario festejo de
‘Cuti’ Romero en la cara de un rival neerlandés luego del gol de Molina; como
la valentonada de ‘Dibu’ Martínez frente a Luuk de Jong al descolgar un centro,
y como el pelotazo de Paredes contra el banco de Van Gaal que tendría que haber
sido castigado con la expulsión. Y expulsión también para la reacción
posterior de Van Dijk.
La vena competitiva, el ardor
emocional, en ocasiones, son el combustible que rescatan al desdichado.
Pero en los desbordes de ayer no hay justificaciones. Hace algunas semanas,
consultado Roberto Ayala por estos desenfrenos que no son nuevos en el ciclo,
el ayudante de Scaloni le respondía a LA NACION: “Tenemos jugadores con ese
carácter; carácter, por cierto, que los ha llevado a dónde están, también. No
podemos reprimir a ‘ese indio’ que llevan adentro porque es muy positivo, pero
ojo, ojo, hasta un lugar, hasta un límite”. No hubo límite, perdieron la línea.
Un rebaño con varios maleducados.
Saber ganar es la auténtica
medida de la conducta y los valores. Tras el último penal, el de
Lautaro Martínez, no fueron pocos los que decidieron provocar a los
neerlandeses: Otamendi, Paredes, Montiel, Di María… ‘Dibu’ Martínez
directamente se cruzó e insultó con algunos rivales. Messi le dedicó gestos y
palabras a Van Gaal para mofarse. Se plantó delante y a metros le hizo el
Topo Gigio. ¿Se sintió menospreciado porque el DT había dicho que “no juega
mucho cuando el rival tiene la posesión del balón”? Su venganza había sido su
magnífica actuación. Pero tenía más groserías guardadas. Después de
dedicarle todo tipo de críticas al árbitro español Mateu Lahoz, continuó: ‘¿Qué
te pasa bobo? Andá.., andá para allá bobo…’, le dijo con desprecio a Weghorst
en la zona mixta. El perfil maradoneano que tantos años se le reclamó… y tan
mal habla del pedido.
Messi siempre fue guapo, cantara o no el himno, en definitiva, una ridiculez bien nuestra. Nunca había sido descortés ni irrespetuoso, esos rasgos que tantas veces en la Argentina parecen imprescindibles para trepar a la idolatría. Messi durante mucho tiempo se resistió, pero desde hace algunas temporadas se intoxicó. El futbolista más extraordinario de la historia, valiente para conducir a su selección otra vez a las semifinales del mundo, 10 para LA NACION en otra página inolvidable, también puede ser un hombre vulgar.
Ahora vamos a analizar cada frase
marcada en negrita en el infame texto de Grosso.
“La selección no es
confiable y probablemente no lo vaya a ser en lo que queda del Mundial”
Con esta afirmación, nos están
diciendo que si perdemos mas adelante es porque la selección que vemos no es
confiable, pese a que Messi dijo que este grupo nunca te deja a gamba. El
intento es de bajarnos el ánimo, el enemigo es interno y está en el país.
“lo malo: el aire
pendenciero que salió a la luz ante Países Bajos”
Claro, como puede ser que
mostremos esa imagen ante el mundo que nos esta viendo por la televisión, es
una vergüenza, pórtense bien muchachos, si los otros nos escupen hay que aguantársela
callados sin enojarse, es lo que nos ha tocado y es nuestra culpa por no ser
confiables.
“y más tarde pierde el
rumbo del encuentro. Un equipo ingenuo en algunos pasajes, y
salvaje en otros”
Ingenuo y salvaje, el equipo
sería para la Nación los pueblos originarios de la conquista del Desierto y del
gran chaco, los pobres, los salvajes e ingenuos que hay que educar según
nuestras ideas civilizadas que son las mejores, porque el mundo así funciona,
se divide entre civilización que somos nosotros y la barbarie que son los
jugadores y el pobrerío que los alienta.
“Siempre al filo, siempre
con la sensación de eliminación directa”
Ya desearía la Nación la eliminación
de la selección para ver el pueblo triste y sumido en más miseria del que esta.
“Con aires pendencieros,
también, muy reprochables. Como el innecesario festejo de ‘Cuti’
Romero en la cara de un rival neerlandés luego del gol de Molina; como la
valentonada de ‘Dibu’ Martínez frente a Luuk de Jong al descolgar un centro, y
como el pelotazo de Paredes contra el banco de Van Gaal que tendría que haber
sido castigado con la expulsión”
¿Quién reprocha los aires
pendencieros? Y ¿Con que autoridad moral puede hacerlo?, no saben que lo que sucede
en el campo de juego queda ahí, ¿nunca vieron un partido de futbol? ¿No saben
que los jugadores se dicen de todo? Menos mal que son argentinos, que de ser
neerlandeses les hacen un juicio a los chicos de la selección.
“Después de dedicarle todo
tipo de críticas al árbitro español Mateu Lahoz, continuó: ‘¿Qué te pasa bobo?
Andá.., andá para allá bobo…’, le dijo con desprecio a Weghorst en la zona
mixta. El perfil maradoneano que tantos años se le reclamó… y tan mal habla del
pedido”.
Acá se compara al arbitro Lahoz
con los esbirros de la Nación en la justicia, entendiendo esto ¿cómo vas a
criticar al que imparte la justicia? Hay que ser docil y hacer caso, no se
conviertan en el grasa de Maradona. Estos odiaban a Maradona, hoy están odiando
a Messi.
“Messi durante mucho tiempo
se resistió, pero desde hace algunas temporadas se intoxicó”
Antes que se quedaba callado ante
las injusticias Messi era bueno, ahora que se revela es porque se intoxico de
alguna ideología del exterior, no suena un poco a la infiltración de ideas foráneas
que nada tienen que ver con los valores tradicionales de Dios, patria y hogar.
“también puede ser un
hombre vulgar”
Después de decir todas las cualidades de Messi, se invoca el típico latiguillo que suelen usar los detractores del 10, pero, en esta caso el pero equivale a que también puede ser vulgar, que miedo me da Messi, ahora es vulgar, antes era formal.
Algunas ideas que nos quedan
dando vuelta después de leer la ilegible nota de Grosso:
El neoliberalismo nos necesita
deprimidos, por ello a no decaer ante la mala leche de esta gente que se dicen
periodistas y bastardean una profesión noble.
El capitalismo es cruel e
inhumano y lo seguirá siendo mientras siga con vida.
Triste lugar les tiene guardada
la historia para aquellos que transaron con el poder solo para morder unos pesos
de más, das tristeza ajena Grosso.
A cuidarse gente, se viene días cada
vez mas duros en Argentina, cada pequeña alegría por chiquita que parezca en un
excelente motivo para festejar, unidos en la calle.
Otras imagnes para mostrarles como desde el comienzo del mundial vienen tirandonos abajo
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