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domingo, 31 de marzo de 2024

Talleres de América - Se Viene la Libertadores

 




Así quedaron conformados los grupos de la Copa Conmebol Libertadores 2024










Fixture

Grupo B

Fecha 1

Jueves 4/4 a las 21: Talleres vs. San Pablo 
Martes 2/4 a las 19: Cobresal vs. Barcelona

Fecha 2

San Pablo vs. Cobresal -
Martes 9/4 a las 21: Barcelona vs. Talleres 

Fecha 3

Jueces 25/4 a las 21: Barcelona vs. San Pablo -
Jueves 25/4 a las 19: Cobresal vs. Talleres 

Fecha 4

Miércoles 8/5 a las 21.30: Cobresal vs. San Pablo 
Miércoles 8/5 a las 19: Talleres vs. Barcelona 

Fecha 5

Jueves 16/5 a las 21: San Pablo vs. Barcelona 
Martes 14/5 a las 19: Talleres vs. Cobresal 

Fecha 6

Miércoles 29/5 a las 21.30: San Pablo vs. Talleres 
Miércoles 29/5 a las 21.30: Barcelona vs. Cobresal 




Copa de la Liga 2024 - Fecha N°12 - Talleres 1 VS. Velez 0

 






Alineaciones



Suplentes



Estadísticas
















sábado, 30 de marzo de 2024

HISTORIA DEL FÚTBOL ARGENTINO, POR JUVENAL. CAPÍTULO III (1900-1905)

A comienzos del siglo XX, el fútbol se convierte en una pasión popular. En la imagen de 1905 las elegantes damas ponían
su nota de inusitado lujo en el arrabal de la primitiva cancha de Independiente (“La crucecita”) en la calle Manuel Ocantos.


Sigue la cátedra de Juvenal sobre el más amado de nuestros deportes. En el primer lustro del siglo XX el fútbol se transforma en una pasión popular, Alumni arrasa a nivel local mientras nacen los clubes más populares del país.


EL SURGIMIENTO DE LOS GRANDES

En el novecientos, Buenos Aires atravesaba la primera etapa de su crecimiento, como recién entrada en la adolescencia. Tenía una población de 821.293 habitantes que sólo podían desplazarse a través del tren o en alguna de las once compañías de tranvías, ocho de las cuales eran a caballo. Todavía circulaban 239 carretas de bueyes, 52 sulkies, y empezaba a hacer historia el revolucionario automóvil: hubo nueve registrados ese año.

En ese ambiente, comenzó a organizarse el fútbol. Las condiciones sociales lo complementaron. Se tenía que jugar los domingos, por una simple razón. La jornada de trabajo se extendía de 10 a 16 horas, de lunes a sábado. No estaba reglamentado el descanso semanal y ese derecho, junto al de la reducción de la jornada, fueron las banderas de combate que agitaban los sindicatos. Lucha que llevaban a la acción directa a través de huelgas. Una de ellas, iniciada por la Sociedad de los Trabajadores de las Barracas y el Mercado Central de Frutos, en reclamo de una jornada de nueve horas, desembocó en un paro general cuya consecuencia fue el Código Nacional de Trabajo, elevado al Congreso por el gobierno del entonces presidente de la Nación, Julio Argentino Roca. La ley se sancionó en 1904, contemplando las ocho horas diarias de trabajo y un día de descanso.


1901: El gran Alumni

Nació oficialmente en 1901, pero sus integrantes venían jugando juntos desde antes, como ex alumnos de la English High School, fundada por Watson Hutton en 1884.

Alumni se convirtió en leyenda de nuestras canchas, ganando nueve títulos en once campeonatos, desde 1900 hasta 1911, año de su disolución.

La creencia generalizada era que el conjunto estaba constituido, en pleno, por miembros de la familia Brown, pero no era así. Los Brown eran catorce hermanos, once de ellos varones, de los cuales siete practicaron fútbol, pero nunca integraron el equipo al mismo tiempo. Los siete futbolistas fueron Jorge, Juan, Carlos, Tomás, Ernesto, Eliseo y Alfredo. Tomás actuó en los primeros años, Carlos se alejó del fútbol durante varias temporadas y Juan recién debutó en 1907. Con ellos, jugaba su primo Juan Brown, hijo del almirante Guillermo Brown, con lo que advertimos que la raíz familiar de los Brown no era inglesa sino irlandesa.


LA YUNTA BRAVA. Ya retirados de la Primera División, posan para la tapa de El Gráfico
los hermanos Juan y su hermano Jorge Gibson Brown, cuando disputaban con la casaca
del disuelto Alumni, el torneo de 1923 de veteranos en la denominada Liga de los Sábados.


La estrella del cuadro era Jorge Brown, el hermano mayor, quien actuó para el English High School de 1896 a 1900, para Alumni desde 1901 a 1911 y, al desintegrarse, exclusivamente para la Selección Nacional. Jorge se inició como half, luego pasó a jugar como centreforward y después a la zaga, donde alcanzó su total consagración.


La triunfal campaña

Alumni debutó en el campeonato el 6 de junio de 1901, venciendo por 1 a 0 al Belgrano Athletic Club. No actuó Jorge Brown, la figura consular, por estar entonces radicado en La Paz, Entre Ríos, donde trabajaba como funcionario del frigorífico Santa Elena. En su primer partido, Alumni jugó todo el primer tiempo con diez hombres y completó el equipo recién en el complemento, con el ingreso de don Alejandro Watson Hutton, con 48 años de edad pero animándose a salir junto a sus muchachos, como lo hacía antes, en los patios de la escuela. Alumni conquistó aquel primer campeonato con seis partidos jugados, todos ganados, 10 goles convertidos y sólo uno en contra. Además, hizo doblete al adjudicarse la Copa Competencia, venciendo a Lomas, Peñarol de Montevideo y, en la final, a Rosario Cricket Club. En 1902, Alumni volvió a ganar la Liga, pero perdió en desempate ante Rosario la Copa Competencia, trofeo que recuperó al año siguiente, 1903, a la vez que mantuvo el liguero, al obtener 18 puntos sobre 20 posibles. La racha se interrumpió en 1904. Alumni perdió el campeonato ante Belgrano y, después, Barracas lo eliminó de la Copa Competencia. Fue tanta la decepción, que hasta se pensó en disolver el cuadro. Privó el buen criterio, se optó por la reorganización y así llegó la gloria mayor, en 1906. Ese año, Alumni se adjudicó el campeonato y las Copas de Honor y Competencia.


Es el equipo de Alumni que venció a Sud Africa por 1 a 0 ese mismo año. De pie: Carlos Brown,
Jorge Broum, Eliseo Brown, Carlos Buchanan, E B. Browne, J. Buruca Laforia.
Sentados: C. Lett, Eliseo Brown, A. A. Mock, Ernesto Brown y G. Weiss.


Además, alcanzó un triunfo internacional de trascendencia, al derrotar por 1 a 0 al equipo de Sudáfrica, el 24 de junio.

En 1907 repitió por segunda vez su serie de tres campeonatos consecutivos. Lo hizo invicto, con 76 goles a favor y 13 en contra. Alumni perdió el torneo de 1908, en el partido decisivo con Belgrano. Ya había pasado el esplendor, pero todavía le quedaban orgullo y calidad suficientes como para lograr los títulos de los tres años siguientes: 1909, 1910 y 1911. Lo que se dice, un brillante final de ciclo.


Tu grato nombre

Al comenzar el siglo, la Boca estaba dejando de ser un enclave genovés. Una nueva generación de hijos de inmigrantes mantenía el recuerdo del dialecto paterno en las eses silbadas y la entonación arrastrada de las frases, pero ya eran y se sentían argentinos. Se reían del cocoliche de la nonna y miraban con indiferencia las temporadas líricas del salón Verdi. La Boca conservaba sus características físicas: las casas construidas con chapas, las veredas alzadas para prevenir los periódicos desbordes del Riachuelo, los coloridos frentes mediterráneos que más tarde inmortalizaría Quinquela Martín. Sin embargo, ya no era un pueblo italiano. Era un barrio porteño.


River Plate surge en el puerto de Buenos Aires.


Ahí, en el número 927 de la avenida Almirante Brown, imprenta de don Franciso Gentile, un grupo de muchachos boquenses se reunieron el 25 de mayo de 1901 para fundar un club de fútbol. Surgió de la fusión de dos cuadros del barrio: el Santa Rosa y La Rosales, llamado así en homenaje a la fragata del almirante Hipólito Bouchard. El nombre del club fue tema de ardua discusión. Un grupo de fundadores mocionaba River Plate, otro prefería llamarlo Forward. Resolvieron jugarlo en un partido de fútbol y ganaron los sostenedores del nombre actual.

Había nacido el decano de los grandes de nuestras canchas. Los colores trajeron menos discusiones, fueron hijos de la necesidad. Los jugadores usaban las camisetas blancas de trabajo, de paseo o para ir a la milonga, con una cinta roja en bandolera desde el hombro izquierdo, prendida con alfileres.

Entre los jugadores estaba un joven llamado Bernardo Messina. Iba a ser dirigente, jugador del equipo que ganó el ascenso en 1908 y, como arquitecto, diseñador de la cancha de Avenida Alvear y Tagle y, más tarde, del estadio Monumental. En plena guerra del 14 surgiría el himno del club tomando la música de una canción inglesa. Los versos originales de "It's a long way to Tipperary" (Es largo el camino a Tipperary) fueron modificados por la inspiración de Arturo Antelo y así nacieron las nuevas estrofas: River Plate, tu grato nombre, derrotado o vencedor mientras viva tu bandera la izaremos con honor... Desde su fundación hasta 1913, River se mudó tres veces de cancha. Desde las carboneras Wilson, en la Dársena Sur, a Sarandí. De allí otra vez cerca de las carboneras. En 1913 alquiló la cancha de Ferro Carril Oeste. Hasta que finalmente se instaló en la manzana delimitada por Pinzón, Caboto, Aristóbulo del Valle y Pedro de Mendoza, en plena ribera boquense.


1902: El club del lechero ahogado

Seguían brotando clubes en la Argentina, al conjuro de la pasión futbolera. El Club Atlético Tigre, el más norteño de todos los de Buenos Aires y sus alrededores, vio la luz el 2 de agosto de 1902. Tigre sería para siempre recordado como el equipo "del lechero ahogado".

Es que tenía su primera cancha en un sitio tan bajo, anegadizo y cercano al Delta, que un día de crecida, la leyenda cuenta que allí se hundió un lechero con carro y caballo incluidos.

Más allá de la verosimilitud o no de la historia, Tigre resultó un pilar de aquellos tiempos fundacionales y se dio el lujo de entregar al fútbol argentino un futbolista que llevó a este deporte a una dimensión hasta entonces desconocida: la de un espectáculo multitudinario. Ese hombre sería Bernabé Ferreyra, llegado de su Rufino natal para romper redes y erizar multitudes.

También en 1902 se sustituyeron las dos áreas del gol o del arquero, que nos parecen hoy tan extrañas con sus dos círculos concéntricos, por dos nuevos rectángulos, los mismos que conocemos en el fútbol actual. Desde entonces, esas dos áreas pasaron a denominarse oficialmente del gol y del penal, como se las conoce actualmente.


1903: Surge la Academia

Racing tuvo su génesis el 25 de marzo de 1903, en una vieja estación de ferrocarril denominada Barracas Iglesia, situada en Avellaneda, por la fusión de dos instituciones de la zona: Barracas al Sur y Colorados Unidos del Sur. El nombre salió de una revista francesa de deportes donde, sobre un equipo de fútbol, se leía en letras gruesas "Racing Football Club de París", y que Germán Vidaillac, uno de los juveniles fundadores, mostró y propuso a sus compañeros. En un principio la camiseta estaba diseñada con cuatro cuadros: dos de color rosa y dos celestes, luego su casaca pasó a ser como la actual de Gimnasia, pero invertidos: azul, blanco, azul.




Sus colores, finalmente albicelestes como hoy los conocemos, quedaron para siempre grabados en la historia del amateurismo y fueron los indiscutibles triunfadores de una época tan romántica como Racing mismo, ya que la entrañable Academia del fútbol argentino se creó con 19 pesos con 80, recolectados dificultosamente entre sus modestos socios fundadores...


Los viejos muchachos de Newell

Rosario, 1884. Don Isaac Newell compra la casa del que fuera su reconocido benefactor. Mister Wheelwrigth, ubicada en la calle Entre Ríos número 139 y, teniendo como aliados a su esposa Anna Margretha Jockinsen y su amigo Ernesto Edwards, fundan el colegio Anglo-Argentino.

En 1900, al cumplir 47 años, Newell se sintió enfermo y resolvió hacer un viaje de descanso a su patria para visitar a los suyos, o quizás en carácter de despedida de su amada Inglaterra. Antes de irse, confió la dirección del colegio a su hijo Claudio, quien sería su digno sucesor.

Víctor Heitz, uno de los fundadores, cuenta los prolegómenos del gran momento: "Improvisábamos en el patio de tierra del colegio y en los intervalos que nos posibilitaban los recreos, unos picados ardorosos, ya que como resultaban muy breves, poníamos las piernas y el alma para ganarlos."

Aprovechando ese deseo de evasión del alumnado, Claudio Newell, el hijo de don Isaac, convocó a los chicos a una asamblea para aunar criterios respecto de las futuras actividades futbolísticas. Fue en esas circunstancias que resolvieron crear un club que identificara el colegio.

El 3 de noviembre de 1903, en la fuente del patio, quedó fundado el Club Atlético Newell's Old Boys. Los colores fueron un homenaje a don Isaac y a su señora Anna, de nacionalidad alemana. Para ello, se tomó un color de la bandera inglesa (rojo) y uno de la enseña alemana (negro).

Rosario Central ya no estaba solo en la segunda ciudad de la República. Había nacido un gran competidor.


1904: La visita del Southampton

Durante el invierno de 1904 llega en gira el Southampton, equipo inglés de Primera División, para confrontar con cuadros argentinos. Nuestro fútbol recibe la primera lección sobre lo que es I el alto nivel. Se comprueba entonces que entre nosotros se practica un juego entusiasta pero rudimentario en cuanto a técnica y disciplina de conjunto. Es tan importante el acontecimiento que por primera vez concurre el presidente de la República a un estadio. El 26 de junio, el general Julio Argentino Roca está entre los ocho mil aficionados que presencian cómo los ingleses vencen 3 a 0 al Alumni.


Equipo de Southampton que visitó el país en 1904.


Además, otra muestra del gran acontecimiento que significó la presencia de los ingleses en Buenos Aires la refleja el diario "La Nación", que no sólo le dedicó un amplio espacio en las ya incipientes páginas deportivas para comentar las incidencias del encuentro sino también en "Sociales" donde 'se destacó la presencia de gran cantidad de damas en la cancha, de las familias más aristocráticas de la sociedad, como Casáres, Unzué, Alvear, Chevallier Boutell, Duggan, Céspedes, Taylor, Fres, Madero, Bunge, Guerrico, Vedoya, Tezanos Pinto, Green, Martítvez de Hoz, Argerich, Lugo, Estrada, Zorraquín, etc.

El partido se llevó a cabo en la Sociedad Sportiva, cerca del lago Palermo, y la compañía de tranvías Anglo Argentina debió reforzar el servicio para satisfacer la demanda de público, además de fletar un coche especial en el que viajaban los jugadores. Era tanta la admiración que despertaba el juego del equipo visitante que en algunos pasajes del partido los jugadores argentinos se paraban para aplaudir las jugadas de los ingleses...


Increíble festejo de un gol

El Southampton juega sucesivamente con un equipo de residentes británicos, al que golea 10 a 0, y con Belgrano, superándolo 6 a 1. En este encuentro, Arturo Forrester conquista el primer gol argentino frente al cuadro inglés, y el festejo es sensacional. Sus compañeros lo levantan en andas, dan con él una vuelta triunfal alrededor de la cancha y lo llevan a un barcito cercano, donde brindan por la hazaña. Luego regresan al campo de juego, donde los están esperando los futbolistas del Southampton para reanudar el juego.


Arturo Forrester en 1957.


En quince días, el club inglés realiza cinco presentaciones con otros tantos triunfos, 32 goles a favor y sólo 4 en contra. Al último partido concurren más de 10.000 personas, y esa visita genera una hasta entonces desconocida pasión popular por el fútbol.

Las enseñanzas que deja esta visita inicial, donde queda demostrado que todavía somos alumnos frente a los inventores de este deporte, se enriquecen al año siguiente, 1905, cuando arriba el Nottingham Forest. En 1909, la llegada conjunta del Everton de Liverpool y el Tottenham Hotspur de Londres brinda lecciones inestimables a los futbolistas criollos. Buenos Aires ha seguido creciendo y cuando termina la primera década del siglo cuenta con una población de 1.231.698 habitantes.


1904: Se crea la FIFA

El 21 de mayo, en París, nace la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Con motivo del encuentro internacional entre Francia y Bélgica, se reúnen en la Ciudad Luz delegados de esos dos países y de Alemania, Dinamarca, España, Holanda, Suecia y Suiza. Luego de siete semanas de sesiones, dejan constituido el nuevo organismo. Los propios congresistas se dan cuenta de un error: no están en la entidad los países del Reino Unido, inventores del fútbol y poseedores del juego más poderoso y calificado del momento. Se ofrece, entonces, la presidencia de la FIFA a los británicos. Sin embargo, la Asociación Inglesa, receptora de la generosa oferta, la rechaza.

La Argentine Football Association se afilia a The Football Association, la entidad inglesa, buscando de ese modo personería internacional. Obviamente, por su ligazón afectiva con Gran Bretaña, nuestro fútbol desconocía también a la FIFA.


El fútbol apasiona a los ingleses

¿Qué pasaba en la cuna del juego a principios de siglo? En febrero de 1904 se enfrentaron Aston Villa y Tottenham Hotspurs por la Copa Inglesa cuando la multitud presente en el estadio invadió el campo de juego. Fue imposible seguir el encuentro, que debió jugarse nuevamente días después.

El entusiasmo que despertaba el fútbol entre los ingleses iba a provocar el primer hecho luctuoso cuando jugaron Escocia-Inglaterra en Glasgow. Parte de la tribuna, colmada de espectadores, se derrumbó, matando a 25 personas e hiriendo a 24.

En 1905 se produjo la primera transferencia importante de la historia del fútbol cuando el Middlesbrough le pagó la fabulosa suma de mil libras esterlinas al Sunderland por el pase del delantero Alf Common. Se afianzaba el profesionalismo en el Reino Unido, en tanto aquí, en este lejano rincón del mundo, el gran Alumni encarnaba el ideal romántico del fútbol puramente amateur.


 La quinta de doña Anita

1904 y 1905 son años de grandes acontecimientos en cuanto a su proyección futura. El 15 de agosto de 1904 se funda Argentinos Juniors, el club de La Paternal que setenta y dos años más tarde le daría al fútbol del mundo un jugador excepcional: Diego Armando Maradona.

El 28 de julio había nacido Ferro Carril Oeste, como producto del entusiasmo de los jefes y empleados de ese ramal ferroviario, y el 12 de octubre aparece Atlanta, fundado en la esquina de Lima y Venezuela por Emilio Bolinches, arquero internacional que luego fue llamado para integrar el cuadro de Alumni. Los jóvenes fundadores de Ferro recibieron gran ayuda de la empresa y rápidamente construyeron una cancha en terrenos cedidos por el gerente del ferrocarril, ubicados al costado de la vía en lo que era la quinta de verduras y hortalizas de Doña Anita. Por ese motivo, además del color de sus camisetas, se los llama "verdolagas"...

Ferro es el único club que mantiene su estadio en el mismo sitio, ya que ningún otro conservó su cancha original. La única variante sufrida por el field de Caballito fue su orientación: en los viejos tiempos, los arcos estaban ubicados donde hoy se alzan las plateas laterales. El fútbol ganó así un escenario importante. Tanto que, en 1907, Alumni le pedía prestada la cancha a Ferro para jugar partidos relevantes, y en 1913 River Plate se la arrendó por el seis por ciento de sus exiguas recaudaciones...

Los dirigentes de Atlanta, en cambio, deambularán varios años cambiando de cancha hasta asentarse finalmente en Villa Crespo. De ese peregrinaje surgió el apodo que los sigue acompañando: los Bohemios.


1905: La rebelión de los pibes

El 1° de enero de 1905 nace el Independiente Football Club, denominación luego cambiada por la de Club Atlético Independiente. ¿Cómo fue su nacimiento? Los cadetes de la tienda "Ciudad de Londres" se rebelan porque no los dejan jugar en el equipo de fútbol representativo del comercio.

Se convoca a una reunión en la esquina de Perú y Victoria (hoy llamada Hipólito Yrigoyen), y deciden formar un club. "¿Cómo nos llamamos?", pregunta uno de los imberbes asambleístas. ¡Independientes!", contesta otro de los pibes. Hoy, una placa recuerda en ese sitio que, a pocos pasos de la Plaza de Mayo, nació la futura gran institución de Avellaneda.

La primera camiseta adoptada fue una totalmente blanca con vivos azules, pero pasó por estas tierras el Nottingham Forest, maravillando con su juego y el vibrante color de su uniforme deportivo. Su presencia impactó tanto a los jóvenes de la flamante institución que en 1908 resolvieron adoptar, ahora para siempre, la camiseta roja con vivos blancos.


Gran campeón del balompié

Así dicen las primeras líneas del himno de Boca Juniors, club nacido el 3 de abril de 1905. Un grupo de muchachos se reunieron en la Plaza Solís, ubicada en el perímetro de las calles Olavarría, Caboto, Ministro Brin y Suárez. Allí acordaron fundar un club, cuyo nombre definitivo eligieron tras desechar otras propuestas, tales como "Hijos de Italia", "Defensores de la Boca" y "Estrellas de Italia". El nombre, por el barrio; lo de "Juniors" porque significaba hijos de ese lugar. Todo eso quedó asentado a lápiz en un cuaderno que costó diez centavos.


Este bello cuadro de Quinquela Martín, recordando los orígenes de Boca Juniors, está en el estadio.


El primer intento de designar los colores pasó por el blanco y el negro. Después, rosa. Una y otra combinación duraron poco. Uno de los fundadores, Juan Brichetto, que trabajaba en el puerto, vio navegar un buque de bandera sueca y al observar sus colores (azul y amarillo) los propuso inmediatamente en la reunión de Comisión Directiva que presidía Esteban Baglietto, el primer titular de la flamante entidad. Fueron aceptados por unanimidad.

La primera cancha estuvo ubicada en las carboneras de Wilson. Luego se trasladarían a la isla Demarchi y más tarde a Wilde, para arribar finalmente a su actual ubicación. Pero ésa ya es otra parte de la riquísima historia de Boca Juniors, la que ensalzara su marcha oficial, escrita por Jacinto Fernández Blanco y musicalizada por Ralo Goyeche, al regreso de la histórica gira por Europa de 1925. 

 

Fuente: https://www.elgrafico.com.ar/articulo/%C2%A1habla-memoria!/34711/historia-del-futbol-argentino-por-juvenal-capitulo-iii-%281900-1905%29

viernes, 29 de marzo de 2024

HISTORIA DEL FÚTBOL ARGENTINO, POR JUVENAL. CAPÍTULO II (1886 - 1900)

Juvenal hace sonar la campana llamando a clase de fútbol argentino, los temas de hoy: los clubes decanos, la creación de penal, la influencia del ferrocarril, los primeros campeones y el comienzo de la era Alumni.


¨LOS PIONEROS¨


1887: Gimnasia, el decano

Buenos Aires había dejado de ser la capital de la Provincia para transformarse en Capital Federal. La nueva sede del gobierno provincial debía instalarse en una ciudad distinta, nueva, sin resabios del pasado, con la mirada tendida al futuro. El primero de marzo de 1882, la Legislatura promulgó la ley que declaraba capital de la provincia al municipio de Ensenada y ordenaba la fundación de una ciudad que debía llamarse La Plata. El nombre fue una sugerencia de José Hernández, el poeta que había creado "MARTIN FIERRO", a su amigo Dardo Rocha, el gobernador de la provincia. El 19 de noviembre de ese mismo año se llevó a cabo su fundación en los terrenos llamados Lomas de Ensenada y en tres años, la capital bonaerense creció en forma acelerada con su trazado geométricamente y prolijo, sus diagonales y su profusión de edificios oficiales, muchos de ellos dedicados a irradiar cultura, siguiendo la tradición del arquitecto porteño Pedro Benoit.





El arquitecto italiano Luis Gamba dirigió la construcción de la Catedral entre 1882 y 1884, mientras comenzaban a funcionar el Colegio Nacional, el Museo, la Biblioteca y el Observatorio Astronómico que se había hecho traer desde Europa. Domingo Faustino Sarmiento pudo decir en 1886: "En cuatro años hemos visto aparecer donde antes había una ciénaga, un puerto como el de Port Said en el istmo de Suez y en la llanura, una ciudad como Buffalo..." Un año más tarde, el 3 de junio de 1887, la más joven de las ciudades argentinas tenía su primer club. Se llamó Gimnasia y Esgrima La Plata y sería el decano de las instituciones deportivas que hoy militan en la Asociación del Fútbol Argentino.  

Prácticamente había nacido con la ciudad. Su estadio se iba a levantar en un sitio tradicional de la capital provinciana: el bosque platense. Un bosque artificial, producto de la tenacidad y el espíritu creador de Dardo Rocha y sus colaboradores en la empresa. Para entonces, la ciudad contaba con poco más de veinte mil habitantes, en su mayoría italianos. El primer presidente fue Saturnino Perdriel y su vicepresidente, Domingo Etcheverry.

En sus comienzos, fiel a su nombre, fue un club de gimnasia y esgrima, bajo el lema "Mens Sana in Corpore Sano". Recién en 1893, seis arios después de su fundación, se convirtió en un club de fútbol. Ya para entonces, practicaban fútbol otras dos glorias de nuestro deporte: Quilmes y Rosario Central. Pero eran clubes ingleses, en tanto que Gimnasia fue el primer club de fútbol auténticamente argentino, con esa mezcla de gringos y criollos que integraban su primera Comisión Directiva y que sigue siendo la esencia fundamental de nuestra tierra.


Quilmes, el primero que jugó fútbol

Un grupo de residentes británicos funda, el 27 de noviembre de 1887, un club exclusivo para socios de las islas: el Quilmes Athletic Club, quien desde su fecha de nacimiento se dedica a la práctica del fútbol, constituyendo en la actualidad la entidad más antigua que la práctica de todas las que mili-tan en la Asociación del Fútbol Argentino. El surgimiento de este antiguo club está mezclado con algunas fusiones producidas en su surgimiento. Toda la zona sur del gran Buenos Aires, poblada por una importante colonia inglesa, ya había tenido en 1880 una primera institución: Quilmes Athletic and Polo Club, y 17 años más tarde —1897— el presbítero J.T. Stevenson funda el Quilmes Cricket Club. Y hay pruebas fehacientes de que en 1885 existía también el Quilmes Rovers Athletic Club. De la fusión de ésta y el Quilmes and Polo Athletic Club quedó lo que hoy es el Club Atlético Quilmes, decano del fútbol argentino.


1889: Nace Rosario Central

Nunca llegó a fundarse oficialmente la ciudad de Rosario. Alrededor de 1725 un valiente soldado español llamado Francisco de Godoy había llegado del norte del río Carcarañá acompañado de algunos indios calchaquíes para establecerse en el Pago de los Arroyos, lugar cercano a una precaria capilla dedicada al culto de la Santísima Virgen del Rosario. Así brotó lie la tierra, como una flor silvestre, fue creciendo y en 1852 se le concedió el rango de ciudad. Poco más de sesenta años más tarde, en 1914, tenía el privilegio de ser el primer puerto mundial por el volumen de sus exportaciones cerealeras. Para entonces, seis líneas ferroviarias miraban hacia Rosario transportando productos del noroeste argentino. A través del ferrocarril había llegado a Rosario la epidemia exportada desde la lejana Gran Bretaña: la fiebre del fútbol. El 24 de diciembre de 1889, como una muestra más de que el fútbol tuvo su afianzamiento tanto en las zonas portuarias como entre los empleados ferroviarios, nace en la ciudad de Rosario el Central Argentine Railway Athletic Club, que con el correr de los años pasó a llamarse, simplemente, Rosario Central. Lo fundaron los empleados del Ferrocarril Central Argentino (hoy línea Mitre) y su primer presidente —cuando no— es un inglés llamado Colin Calder. La institución nació para jugar al fútbol, y hoy, a más de cien años de su génesis— comprobamos cuánto de cierto hay en aquel propósito inicial: los títulos que consiguió, pero sobre todo el fútbol desplegado por la escuela rosarina lo confirman.


Equipo que ganó la Copa de Competencia de la Federación Argentina de Football de 1913.
Este sería el primer título nacional oficial en la historia del club.


Los apellidos de los primeros presidentes del que desde 1903 fue Rosario Central, definen su origen gringo: a Colin Calder lo sucedió William Taylor Paul, luego fueron J. Mulhall, R.W. Jackson, H. Scrivener, Miguel Green (el hombre que en 1903 había propuesto su nombre actual), hasta llegar al legendario Federico J. Flynn, quien iba a dirigir la institución durante casi treinta años: 1918/20, 1923/31, 1934/35, 1951/66. En una vieja foto de EL GRÁFICO que acompaña este capítulo de la historia aparece un equipo de 1903 ataviado con sus primitivos colores, a cuadros azules y blancos. Junto a la mayoritaria presencia de futbolistas con apellido británico —Welsh, Kennedy, Green—, resalta la rareza de un nombre diferente. Es el de Zenón Díaz, primer ídolo criollo del fútbol rosarino.

Hasta el estilo iría acriollando, cambiando los pelotazos y la carga por el pase corto. La pelota jugada a ras del suelo y al pie, se hará religión. Y Rosario Central será la Academia del fútbol rosarino.

El mundo futbolistico, por aquel entonces, permite comprobar que Argentina es el país donde existe mayor interés por ese deporte fuera de las islas Británicas. Italia, por ejemplo, ve surgir en 1890 —hace exactamente un siglo— a su primer club de fútbol: Torino.

Argentina recibe las noticias venidas de Europa; en 1895 se sabe que los Rayos X permiten fotografiar al esqueleto gracias a su longitud de onda. Y que todo el mundo sigue hablando de los progresos que obtiene aquel primer auto a nafta fabricado en 1885 en Alemania, con un motor a explosión que alcanzaba los 15 kilómetros por hora.


1891: La creación del penal

Cualquiera fuese el lugar de la cancha en que se cometía una falta la única sanción posible era la de otorgar un tiro libre, y los contrarios podían formar la clásica barrera de contención delante del arquero. Hasta que en 1891 se produjo un hecho que iba a cambiar la historia. Jugaban en Inglaterra el Stoke City y el Notts County un durísimo encuentro por la copa. Iba ganando el Notts County por un tanto de diferencia y en medio de un dominio total del Stoke City se produjo un disparo que iba inexorablemente adentro cuando faltaban dos minutos de juego. Pero no llegó a entrar. Un defensor del Notts County se mandó una atajada espectacular, evitando la caída de su valla.

Según las reglas de la época, el árbitro cobró tiro libre. Los once jugadores del cuadro castigado formaron una muralla impenetrable con sus cuerpos sobre la línea del arco, y el Stoke City perdió el partido 1-0. A consecuencia de lo que consideraban un despojo, la gerencia del Stoke City mandó a la Football Association una carta muy dura reclamando por esa falla en las reglas del juego. Poco tiempo después, el 15 de septiembre de 1891, se incluyó en las reglas el "tiro libre sin barrera". Se atribuye la idea a un irlandés llamado William Mc Crum, codificada por John Read, secretario de la Federación Irlandesa. A partir de esa inclusión, el penal se pateaba desde una línea trazada dentro del campo, alejada unos metros del área de gol o del arquero.

Recién en 1902 fue introducido el punto desde el cual debe ejecutarse el tiro. Que nunca fue desde los doce pasos, como se dijo entre nosotros durante muchos años, sino desde las doce yardas, medida inglesa equivalente a once metros.

Pese a tan importante innovación, las Reglas del Juego seguían siendo conflictivas. Y fue precisamente el Stoke City —club que a mediados de nuestro siglo tuvo al más famoso jugador inglés, Stanley Matthews— otra vez el perjudicado por esa falla reglamentaria. Dicho equipo perdía 1-0 contra el Aston Villa y cuando terminaba el encuentro, la defensa rival cometió un claro penal. El árbitro lo concedió en el acto. Pero ya era la hora del partido y mientras los damnificados protestaban la sanción, terminó el tiempo reglamentario. Para el árbitro, el penal era como un comer o un saque de banda. Y lo dio por finalizado con la derrota del Stoke City, cuya gerencia volvió a mandarle una carta indignada a la Association reclamando por el perjuicio deportivo sufrido.

Una vez más, la fuerza de los hechos impulsó el cambio reglamentario. Se agregó en la regla del penal un pequeño párrafo que todavía hoy conserva validez: "En caso de necesidad, se ha de prolongar el tiempo reglamentario antes del descanso o al final del encuentro, para permitir que se lleve a cabo el tiro penal". Y a partir de allí, las cartas del pobre Stoke City terminaron...


1893: La Argentine Asociation Football League

Al compás de las construcciones ferroviarias de los británicos, nuestros vecinos uruguayos asisten al nacimiento de su primer club. Es el Central Uruguay Railways Cricket Club. Diez años más tarde —1901—, tomaría el nombre del barrio donde está enclavado, Peñarol, que a través de su rica historia ha quedado entre los grandes del fútbol mundial. Fue fundado el 28 de septiembre de 1891.

Un año y medio después —exactamente el 21 de febrero de 1893—Alejandro Watson Hutton funda la Association Argentine Football League, marcando un hito en la estructuración del fútbol organizado en Argentina. Reunidos los representantes de seis equipos que participaron en el primer certamen (Caledonian's, Quilmes, Saint Andrews, English High School, Lomas y Flores) acordaron las bases del Campeonato ganado por Lomas, que también lograría los torneos en los sucesivos cinco años. El primer presidente fue Watson Hutton. El sucesor, otro gran entusiasta del fútbol: F.H. Chevallier Boutell. La precariedad de la organización ofrecía algunos detalles curiosos: no todas las camisetas de cada equipo eran iguales. Algunos la respetaban, otros se ponían blancas, todas eran confeccionadas por las madres de los jugadores. El perseverante de Watson Hutton había logrado su objetivo, después de que dos años atrás realizara un ensayo del primer campeonato, con tantas limitaciones que no tuvo buenos resultados, aunque finalizó y lo ganó el Saint Andrews, viejos alumnos de Watson Hutton en su anterior colegio.


Lomas Athletic club, el acaparador

El acta de nacimiento oficial dice 1891 como fecha de fundación. Pero eso no fue más que la oficialización del trabajo de un núcleo de gente que vivía en familia con el deporte desde 1872...

Había nacido sin papeles formales con el nombre del "Lomas Cricket Club", dedicándose —como buenos ingleses— a la práctica del cricket. En 1885 se incorporó el polo, en 1891 llegó el rubgy y su primer equipo de fútbol, que desde 1893 —año de fundación de la Argentine Association Football League— se consagró por cinco años consecutivos como campeón.




Era tal la supremacía que ejerció en aquellos primeros campeonatos, que en 1897 el Lomas Athletic Club ganó la Liga con 11 triunfos en 12 partidos, 55 goles a favor y sólo 9 en contra. Ya en 1893 y 1894 no perdió un solo encuentro, marcando 68 goles y recibiendo 7. El interés del público para ver fútbol se comprueba al observar la cantidad de espectadores que presenciaron la final. En 1893, Lomas 2, Buenos Aires FC 0, asistieron 150 personas. Al año siguiente, Lomas 2, Flores 0  , unos 500...La zona sur de Buenos Aires, aquellos alumnos del "Lomas Academy" pasaron a engrosar el patrimonio de Lomas. Fue el primer grande en triunfos en un fútbol humildemente organizado, ese mismo fútbol que el 29 de junio de 1894 ve el primer partido entre argentinos y británicos. Pese a ello no se lo considera de carácter internacional por no tratarse de selecciones sino de combinados. Lo que no se sabe es de qué equipo inglés se trataba y si vino específicamente a jugar fútbol o se aprovechó la visita de un barco inglés. Se jugó en el barrio de Flores y la victoria fue para los ingleses 1-0.

Dos años antes, en 1892, en Corrientes, el Ministro de Educación de esa provincia autoriza la incorporación de un profesor de educación física para la enseñanza del fútbol. El primer colegio argentino que hace practicar a sus alumnos el nuevo juego en el interior del país es Nacional de Corrientes...


1896-1898: Banfield, Belgrano y Estudiantes

"En una bien concurrida reunión de los residentes británicos en Banfield celebrada este último martes del mes (21 de enero de 1896) se resolvió por unanimidad formar un club atlético. La presidencia fue confiada acertadamente a Mister Daniel Kinsgland, cuya simpatía y entusiasmo asegurarán sin duda el buen éxito de la nueva institución (...) El domingo se jugará un partido inicial de cricket, a las 2 p.m., en el terreno del club, ubicado a dos cuadras hacia el norte de la estación, sobre el lado este de la vía férrea."

La crónica de la época del diario "The Standard" nos trae algunos detalles de la fundación del club Banfield, otra institución nacida de las entrañas inglesas. Como vemos, nació jugando cricket, y en 1897 arranca jugando fútbol oficial. En su debut no le pudo ir peor: perdió 5-0 de local contra Lomas. Ese comienzo desalentador fue un mal presagio. Al terminar el campeonato, Banfield se clasifica último, con 12 partidos jugados, 1 solo punto, 6 goles a favor y 52 en contra...

Interviene en 1899 en la Segunda División creada ese año. Su desempeño es muy distinto: gana el campeonato con 27 puntos. Al año siguiente —1900— vuelve a quedarse con el título, esta vez invicto. Aquí termina la época del "viejo Banfield", porque en 1904, el club se reorganiza y pasa a llamarse "Club Atlético Banfield", argentinizándose no sólo en el nombre sino también en la incorporación de elementos criollos al club. El mismo 1898 que vio surgir a Banfield Athletic Club apareció el Belgrano Athletic, club que en los albores del 1900 le peleó palmo a palmo la supremacía al gran Alumni de los hermanos Brown.

Y también apareció el primer club criollo de fútbol: Estudiantes de Buenos Aires, cuyos miembros son argentinos, salvo su presidente, Paddy Mc Carthy, quien llegó de las Islas Británicas.

Un año antes del nacimiento del siglo XX, surge una nueva institución criolla, producto de un hecho anecdótico que merece contarse: la gran mayoría de los equipos conformaban un cerrado círculo social al que integrarse resultaba muy difícil. Un joven quilmeño que quiso ingresar al equipo del Quilmes Athletic Club pero no era británico fue rechazado por el club. Entonces se juntó con otro grupo de criollos y funda Argentino de Quilmes al que, por su origen, se lo conocerá con el mote de "los Mates", mientras que el Quilmes Athletic será el club de "los Johnnies".


La influencia del ferrocarril

Aquel arranque de los ingleses locos corriendo tras una esfera de cuero ante la mirada atónita de los criollos, poco a poco fue entrando en el gusto de la gente. Había comenzado en los colegios, pero las construcciones ferroviarias que se extendían a lo largo del país propiciaron un auge extraordinario. Las empresas inglesas encargadas del tendido de líneas ofrecieron dos cosas vitales: primero, el interés de sus hombres en practicar fútbol, y segundo, los terrenos lindantes a las vías que terminan convirtiéndose en canchas con la autorización de los funcionarios de las empresas, quienes además ofrecen materiales y mano de obra para levantar los, escenarios.

Además de todo eso, la predisposición a incorporar el fútbol a la vida interna de la empresa hace que se otorguen facilidades para jugar, dándoles a los jugadores licencias y hasta pasajes gratis para viajar. Al lado del Ferrocarril nacieron muchos clubes en Argentina, llevando algunos los nombres de la línea ferroviaria que promovió el surgimiento. Por ejemplo, Central Norte (Tucumán), Central Córdoba (Rosario, Santiago del Estero), Rosario Puerto Belgrano (Rosario, Bahía Blanca), Pacífico (Bahía Blanca), Central Argentino (Buenos Aires), Ferro Carril Oeste, Talleres (Remedios de Escalada, Mendoza). Andes Talleres (Mendoza). Algunos empleados ferroviarios fueron jugadores internacionales, especialmente en Rosario, donde la mayoría trabajaba en el gremio. Así, con los años, aparecieron fenomenales futbolistas-ferroviarios como Bernabé Ferreyra, Gabino Sosa, Indaco, Octavio Díaz...


Se anuncia el ciclo de Alumni

Este nombre legendario y glorioso, hermanado para siempre con los orígenes del fútbol argentino, logró su primer campeonato en el año 1900. Claro que su denominación era por entonces "English High School", la que fue vetada por la Argentine Asociation Football League por entender que se trataba de un rótulo comercial. Debió cambiar su nombre y de allí en más, se llamó Alumni. Fueron diez años en los que fue sinónimo de triunfos, época en la que se jugaba por jugar„ por el mero placer de hacerlo. La época de los Brown, la de un fútbol que ya no era sólo de los "ingleses locos", sino de un pueblo que comenzó a descubrir esta magia que parece no tener fin.


Jorge Brown fue el más famoso de los integrantes de Alumni.
Era el mayor de los siete hermanos futbolistas,
jugó para el English High School y más tarde fue half, forward
y finalmente back de Alumni entre 1901y 1911.


Alumni marcó un mojón imborrable, y si no, repasemos la cantidad de clubes que adoptaron para sí los colores de su camiseta: Estudiantes de La Plata, Talleres de Remedios de Escalada, Unión de Santa Fe, San Martín de Mendoza, Instituto de Córdoba, San Martín de Tucumán, entre otros.


Fuente: https://www.elgrafico.com.ar/articulo/%C2%A1habla-memoria!/34686/historia-del-futbol-argentino-por-juvenal-capitulo-ii-%281886---1900%29


HISTORIA DEL FÚTBOL ARGENTINO, POR JUVENAL. CAPÍTULO I (1857 -1886)



Escrita por Julio César Pasquato, compartimos una de la más completa y mejor documentada historia del fútbol nacional. Comenzamos por el origen y primeros pasos del juego que trajeron aquellos “Ingleses locos”.


¨LOS INGLESES LOCOS… (1867/1886)¨

EI nacimiento y los primeros pasos del fútbol argentino están indisolublemente ligados a los orígenes del juego en Inglaterra. El fútbol llegó hasta nosotros en barco, de la mano de los marinos ingleses del siglo pasado, se jugó en los terrenos aledaños al puerto de Buenos Aires y se desparramó por el interior del país en los ferrocarriles ingleses. Lo jugaron antes que nadie los jóvenes anglo-argentinos (en muchos casos irlando-argentinos) que le dieron sus primeros intentos, rudimentarios y entusiastas, de organización deportiva. Fue, durante muchos años, hasta ya avanzado el siglo veinte, el juego de los ingleses locos... Varios clubes nacieron junto a la ribera del Río de la Plata y muchos otros surgieron a la vera del ferrocarril que, incluso, les dio su nombre. Uno de los solares más antiguos del fútbol criollo, todavía vigente aunque hayan cambiado la estructura, el tamaño y el aspecto de sus tribunas, es el de Ferro Carril Oeste. Estuvo allí, en ese mismo sitio de Caballito que ocupa hoy, desde el año 1905. Hace nada menos que 95 años, casi un siglo... Por eso, paralelamente con el relato de lo que pasaba aquí con el fútbol, esta historia irá marcando los datos cronológicos que, a partir de su nacimiento, jalonaron su desarrollo en la cuna del juego.

Cambridge, 1846

En el Trinity College, muy cerca de la famosa Universidad de Cambridge se elaboró ese año, a mediados del siglo 19, el "primer código de fútbol". La serie de reglas que, entre sus disposiciones fundamentales y distintivas, prohibía el uso de las manos para atrapar, conducir y despedir la pelota. En poco tiempo se limitó el número de participantes a once jugadores por bando, de los cuales uno solo podía usar las manos dentro de un área perfectamente delimitada. Era el goalkeeper o cuidador del gol o guardián del arco que, cuando llegó el momento de traducirlo al idioma argentino, fue el arquero.

Ese juego se llamó football association, a diferencia del otro, denominado football rugby. Por esa tendencia tan británica de apocopar las palabras para hacerlas más prácticas en el lenguaje diario, se lo llamó soccer y así lo denomina hasta hoy en los países de habla inglesa.

¿Qué pasaba aquí en aquel momento? Gobernaba el país con mano férrea, como gobernador de la Provincia de Buenos Aires y encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, el brigadier Juan Manuel de Rosas. Nuestras vinculaciones comerciales y culturales con el Imperio Británico, superados los problemas del bloqueo anglo-francés, eran las mejores. Ellos, los ingleses, estaban muy conformes con recibir nuestras carnes. Nosotros, con los productos manufacturados que llegaban de Gran Bretaña. Entre esos productos, algunas décadas más tarde, llegaría una esfera de cuero llamada pelota, con la que comenzaríamos a jugar fútbol.

En 1857 se constituyó en Inglaterra la primera sociedad futbolística: el Sheffield, en la ciudad del mismo nombre, asiento fundamental de lo que ellos llaman el black country (país negro) porque el cielo se oscurecía con el humo que despedían las chimeneas fabriles. En esa zona industriosa sucedería algo muy importante: el soccer que jugaban los chicos de las universidades y las escuelas iba a difundirse entre los trabajadores de las fábricas. El deporte de la elite estudiantil llegaba al pueblo. Tres años después, en 1863, la embrionaria popularización del juego producía el nacimiento de una institución que perdura hasta nuestros días. The Football Association, que agrupaba en sus comienzos a doce clubes afiliados.

 
1867: El abuelo del fútbol criollo

El cricket fue el primer deporte británico que se practicó en nuestro país. Y fue el Buenos Aires Criket Club la primera institución deportiva que se fundó en Hispanoamérica, cuya gran mayoría de socios era amante de los deportes al aire libre. Un grupo de socios, encabezados por los hermanos Thomas y James Hogg, resolvió en el mes de mayo invitar —por medio de un aviso en el diario "The Standard"— a una reunión para fundar un club dedicado a propulsar la práctica del fútbol, deporte casi desconocido en Argentina. A raíz de ese aviso se fundó el 9 de mayo de 1867, en la calle Temple 38, el Buenos Aires Football Club. Thomas Hogg —fervoroso entusiasta del fútbol— fue nombrado presidente del club, entre una comisión formada por cinco miembros. La idea germinada encontró sustento organizativo: ya había un club fundado, quedaba por encontrar una cancha... y realizar el primer partido.


Thomas Hogg, el abuelo del fútbol argentino. Inspirado por su pasión deportiva nació
el Buenos Aires Football Club, el 9 de mayo de 1867.
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La primera condición —la cancha propia— encontró un obstáculo, a pesar de que los socios habían conseguido juntar una buena cantidad de dinero para comprar terrenos: no se encontró un lugar adecuado. Por eso tuvieron que recurrir al predio del Buenos Aires Cricket Club, único club que contaba con campo de deportes y que actualmente practica rugby en nuestro país.


El primer partido de fútbol en Argentina ya tenía escenario y también fecha: el 20 de junio de 1867. Cuentan las crónicas de la época que se enfrentaron los Colorados contra los Blancos, formado cada equipo por sólo ocho jugadores, ya que algunos que se comprometieron a actuar, sólo observaron a un costado del campo temerosos de quedar en ridículo por la rara vestimenta que lucían los futbolistas. Ganaron los Colorados 4 a 0, en un partido que comenzó a las 12,30 y terminó a las 14,30, y fue tan grande la impresión que causó ese "deporte loco", que allí mismo los jugadores se reunieron para concertar un segundo encuentro al que le pusieron fecha: 29 de junio. El país, por ese entonces, estaba presidido por Bartolomé Mitre y mantenía un conflicto bélico con el Paraguay. Quizás eso, tal vez porque el embrión del fútbol no se desarrollaba con rapidez, surgieron estas palabras del "Abuelo del Fútbol", Thomas Hogg, cuando fue consultado por el diario "The Standard": "Este juego tardará mucho en extenderse aún entre los mismos residentes británicos, aunque tenemos que insistir porque es el mejor pasatiempo, el más fácil y el más barato para la juventud de la clase media y para el pueblo". Hay una anécdota que pinta claramente a aquel extraño juego venido en barco: "Los amigos nativos que juegan cricket con nosotros se ofendieron cuando los invitamos a entrar al Buenos Aires Football Club y un oficial de Milicias, de apellido Gallino, declaró que no se había vuelto loco para jugar al fútbol ya que podía costarle la inmediata separación del ejército".

Encerrada en el último tercio de la década del sesenta del siglo XIX, 1867 ve nacer algo más que el fútbol en Argentina. Tres descubrimientos en esos años se juntarían un siglo más tarde con el fútbol, para establecer una rara alianza del destino. Veamos: ese mismo 1867, en Atlanta. Estados Unidos, se vende por primera vez en una farmacia una botella de Coca Cola. En principio constituía un jarabe refrescante compuesto por nuez, cafeína y extractos vegetales. Un año más tarde, 1868, Jorge Drobble inicia el primer servicio de tranvías a caballos en Buenos Aires y en 1869, una resina de abeto, con sabor a menta y destinada a mascar en lugar del tabaco, dio origen al chicle. Unamos estas tres cosas al fútbol. ¿Quién no viajó en tranvía para llegar a una cancha? ¿Quién no consumió una Coca Cola para mitigar la sed en medio de un partido? ¿Quién no trituró un chicle cuando la pasión por el equipo preferido se consumía en 90 minutos de juego? El fútbol ayer, el fútbol hoy, unido como un hecho cultural al mundo. Sólo que, en aquel momento, estaba naciendo...


La Copa, el correr, el silbato y la táctica

Los ingleses, creadores del juego, también fueron los primeros en organizar un certamen por eliminación. Corría el ario 1871 y la primera Copa Inglesa tiene un ganador: Bolton Wanderers. Hoy, en 1990, la mágica tradición que impuso aquella competencia sigue vigente: el primer sábado de cada mes de mayo en el estadio Imperial de Wembley, Londres, se disputa la final del torneo de Copa más antiguo del mundo, una medalla de oro que siguen manteniendo orgullosos los ingleses.

Aquel juego que en nuestro país daba sus primeros pasos, con reglas confusas y sin tiempos preestablecidos, con toda la impronta de los primeros ensayos, consigue en las Islas Británicas dos modificaciones que tienden a perfeccionarlo. Una es la incorporación de la regla del córner, que hasta 1873 era un tiro indirecto desde el sitio en que había salido la pelota. La otra innovación, en 1878, es el uso del silbato por parte del árbitro, quien hasta ese momento no tenía otra alternativa que cobrar las infracciones a los gritos. Ese mismo año, en Shefield, dos equipos de esa ciudad inauguran una modalidad increíble para aquellos tiempos: juegan el primer partido nocturno, gracias a dos generadores portátiles de electricidad ubicados detrás de cada arco.

En 1881, el ganador de la primera Copa Inglesa, Bolton Wanderers, produce también la primera revolución táctica. Hasta entonces se jugaba con un arquero y diez jugadores que corrían atrás de la pelota para tratar de meterla en el arco de enfrente. El Bolton, entonces, aplica por primera vez un sistema, el 1-1-1-8. Un arquero, un defensor, un mediocampista y ocho delanteros, dándole el puntapié inicial a una variable que, con el tiempo, pasó a ser vital: la táctica y la estrategia.

El mundo y la Argentina siguen andando, más allá de una esfera que rueda y veintidós hombres que la persiguen. En 1879 el general Julio Argentino Roca encabeza la marcha para detener a los indios que estaban ocupando territorios en la Patagonia. En 1880, el teléfono llega a la Argentina y en Francia los hermanos Lumiere inventan el cine. Y entre 1880 y 1886 llegan a nuestro país 483.524 inmigrantes. ¡Cuántos de ellos y sus descendientes habrán jugado al fútbol!

 
1882: El padre del fútbol argentino

Entre esos miles de inmigrantes que "venían a hacerse la América" arribó al puerto de Buenos Aires Alejandro Watson Hutton, profesor graduado en la universidad de Edimburgo con medalla de oro, títulos varios y con un fervor y pasión especiales por el fútbol. Había recalado en estas tierras para hacerse cargo de la escuela escocesa de San Andrés, y una de sus primeras disposiciones como director es incorporar al programa de estudios la cultura física y las prácticas deportivas. Grande es la sorpresa en la Aduana de Buenos Aires cuando un pedido de Watson Hutton llega al país y los controles notan que esos raros implementos no estaban arancelados: eran pelotas e infladores... Así que dijeron "pase, no más" y entonces los alumnos del colegio San Andrés empiezan a tomarle el gusto al nuevo deporte y a provocar el enojo de los vecinos del colegio, que escuchan el "crash" de sus vidrios después de cada pelotazo.


Alejandro Watson Hutton, padre del fútbol criollo. Profesor escocés graduado en
Edimburgo, llegó a Buenos Aires en 1882, trayendo con él la fiebre del nuevo juego.
Fundó el English High School y la Argentina Association Football League.





Al mismo tiempo que crecía el interés de los alumnos también aumentaba la tirantez en la relación de Watson Hutton con las demás autoridades del colegio. Es por eso que el escocés rompe con el San Andrés para fundar su propio centro, el "English High School", cuna del memorable Alumni. No fue éste el único colegio inglés que abrió sus puertas al deporte y primordialmente al fútbol, también Flores Collegiate, St. Andres Scotch School, Lomas Academy, trabajaron por la misma causa, pero fue English High School el que más persistió con firmeza y gravitación para que el fútbol ocupara cada vez más espacio, y ése fue el orgullo mayor de ese conspicuo pedagogo escocés, profesor de Humanidades, con honores en Filosofía, primer premio en ensayos de temas educativos y licenciado en letras, quien detrás de todos esos títulos tenía pasión. Era, en aquella época y aunque la distribución de funciones no estaba determinada, dirigente-árbitro-hincha. Un hombre de tablón, aunque por aquellos años no existiese todavía el tablón..


1884: las nuevas tácticas

En la cuna del juego, el fútbol ha adquirido una dinámica que corre pareja con su creciente popularidad. Y el Aston Villa, tradicional conjunto de Birmingham, da un paso adelante en el desarrollo de las tácticas: adopta la formación 1-1-2-7. Es decir, un arquero, un defensor, dos mediocampistas y siete atacantes. De esa manera, le otorga mayor importancia al centro del campo, zona donde se generan y organizan los ataques.

Casi simultáneamente, el Blackburn Rovers produce una innovación, importantísima en el plano táctico; desarrolla su juego sobre la base del 1-2-3-5, un arquero, dos zagueros o fullbacks, tres medios o half backs y cinco delanteros o forwards. Es el llamado Sistema Clásico y tiene tanta influencia en la organización del juego que perdurará durante más de medio siglo.


Una ilustración del fútbol inglés de 1895. Muestra una colisión entre tres jugadores y
corresponde a la final de la Copa entre West Bromwich Albion, camiseta rayada, y Aston Villa.



Para esta época se hicieron frecuentes en la Argentina los encuentros de fútbol entre equipos que se formaban espontáneamente ya que, salvo el Buenos Aires Football, no había clubes organizados. La práctica era muy elemental y muchos de sus protagonistas no conocían las reglas del juego. Era todavía un deporte reservado exclusivamente a los ingleses, ya que los jugaban los empleados y funcionarios de los ferrocarriles, los frigoríficos y otros factores de origen británico. Los criollos de aquellos tiempos lo veían como un juego de locos que no tenía ninguna posibilidad de difundirse entre ellos...


1886: El International Board

Las cuatro federaciones de la Gran Bretaña deciden unificar su criterio respecto a la aplicación de las reglas del juego y sus futuras modificaciones. Se reúnen los representantes de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda para constituir el International Board, único organismo que puede introducir variantes reglamentarias hasta el día de hoy, en que ha pasado a constituir su mesa directiva el presidente de la Federación Internacional de Football Asociado (FIFA).

Hasta ese momento, la cancha contaba con un área del gol en forma de dos semicírculos que se encontraban a la altura del centro del arco. Los dos postes del gol, inicialmente unidos por una cinta, tenían ahora un travesaño de madera, lo que permitía determinar con total precisión si un remate alto era gol o salía desviado.

En Buenos Aires, el English High School de Watson Hutton cambia ese mismo año de domicilio. Se traslada a la calle Montes de Oca, en Constitución, lindante con el Hospicio de las Mercedes. Ahora más que nunca, los criollos relacionan el fútbol con la vecindad del instituto para enfermos mentales y lo resumen en una frase: "Encontraron el lugar justo..."



El Diario de la Copa América 2024 - Día 9 - Viernes 28 de Junio del 2024

  Viernes, hemos finalizado una semana laboral larga, plagada de cierres de notas y demás elementos de la vida educativa, ahora nos disponem...